miércoles, 16 de mayo de 2007

Respuesta a la juventud colmbiana

POSTNOVICIADO SALESIANO “SAN FRANCISCO DE SALES”
FUNDAMENTOS TEÓRICOS DE LA PRÁCTICA SOCIAL
PRESENTADO A: P. HECTOR MANZANO SDB
PRESENTADO POR: MAURICIO GUALTEROS G. SDB
MICHAEL PLAZAS R. SDB
DIEGO APARICIO V. SD


EL ORATORIO COMO RESPUESTA A LA JUVENTUD COLOMBIANA

El “oratorio como respuesta a la juventud colombiana” nace del cuestionamiento que como educadores-pastores nos hacemos respecto a la importancia de garantizar una respuesta integral a las necesidades que hoy en día nos presenta nuestra juventud. Por esto es importante analizar desde un punto de vista crítico la respuesta de Don bosco confrontándola a su vez con un estudio de la realidad y la visión propia del oratorio como presencia viva de Don Bosco hoy.

Comenzaremos por describir la importancia de este estudio en relación con la experiencia oratoriana de Don Bosco en Valdocco, determinando allí la conducta y realidad de la juventud y posteriormente la respuesta que él presenta en un contexto determinado con soluciones que respondían a éste, en una contaste búsqueda de actualización y mejoría de su proyecto educativo y pastoral. Luego realizaremos un paralelo de esta experiencia con un análisis de la juventud que desde el S. XVIII mostraba ya cambios y transformaciones en sus ideales y proyecciones, para finalmente realizar una visión del oratorio como criterio permanente y fundamental de la promoción de la juventud colombiana del siglo XXI.

Don Bosco desde el principio del oratorio tenía presente una prioridad, la cual era la de tener y compartir siempre en sus espacios, con los jóvenes más pobres y en alto riesgo, se trataba de los que estaban muchas veces en las calles sin familia completamente abandonados, en la soledad, desprotegidos en las calles de Turín. Por esta situación de desocupación tenían por necesidad ingresar a la delincuencia y por consiguiente ir a las cárceles, allí donde Don Bosco por primera vez vio la necesidad de que estos jóvenes tuvieran un amigo en quien confiar que les ayudara en sus dificultades y de esa manera no llegarían nunca a ese lugar de desprecio y de olvido como lo son las cárceles.

Don Bosco se apropio de esa necesidad juvenil y dio respuestas concretas a estos jóvenes necesitados, creando de esta manera el oratorio, donde brindaba a todos: acompañamiento, educación, un ambiente de familia y espacios lúdicos, buscando con todo esto un mejor futuro para sus muchachos, compartiendo con ellos todas sus necesidades convirtiéndose así en un padre, amigo y maestro a la vez para todos ellos.

Don Bosco se dedicó completamente a su servicio desgastando su vida en bien de sus queridos muchachos, debemos rescatar que este trabajo no lo hizo solo, sino que contó con la ayuda de su madre especialmente, de sacerdotes, de laicos y de sus mismos muchachos, pues entre ellos había algunos con muy buenas capacidades y buena conducta. Los jóvenes encontraban en el oratorio un lugar de formación para su vida, algunos de éstos se convirtieron mas tarde en sus hijos salesianos, conformando de esta manera un grupo grande de trabajo para construir un mundo feliz para estos jóvenes necesitados de su tiempo, que se encontraban entre los 12 y 18 años.

Nos damos cuenta que esta respuesta dada por Don Bosco a una realidad bastante complicada de su tiempo fue muy acertada, las actividades que brindaba el oratorio eran para los jóvenes, un lugar en el cual no realizaban el mal, al contrario utilizaban su tiempo de una mejor manera aprendiendo y jugando, formándose allí integralmente como “buenos cristianos y honestos ciudadanos” para un mejor futuro en medio de la sociedad.

En este sentido podemos profundizar en la visión o realidad de la juventud a partir del S. XVIII, hacia nuestros días ha cambiado considerablemente y el estudio aquí presentado se valdrá de elementos textuales y cinematográficos de tipo investigativo, para hacernos comprender mejor dicha realidad.
En primer lugar se evidencia en la sociedad proletaria una contraposición con la sociedad burgués del momento, donde como consecuencia de la Revolución agrícola y demográfica, se produce un masivo éxodo de campesinos hacia las ciudades; el antiguo agricultor se convirtió en obrero industrial; en este sentido se referencia a la juventud con la figura de “Tarzán de la Selva”, donde el joven que ha pasado toda su vida exiliado de la sociedad productiva e industrial manifiesta por diversas causas, principalmente forzadas, la necesidad de ir hacía las ciudades industriales e inmiscuirse en un proletariado absurdo y explotador; el joven de aquí, por obvias razones que van en contra de su dignidad se ve envuelto en juego de marionetas y desea ardientemente mantener su estado “salvaje” donde es sólo él con su pequeño mundo en una libertad que le permite manejar a su acomodo las situaciones y realidades, cosa imposible en la sociedad en que se ve envuelto con el desarrollo técnico y científico del entonces que incapacita al hombre común y corriente para mantener una equilibrada relación con su medio y los elementos necesarios para su promoción integral.

Mas adelante se nos plantea un segundo imaginario con la figura de “Peter pan”, entendiendo la realidad juvenil en una época un poco mas avanzada, pero no muy diversificada, aquí se nos presenta la juventud como “una eterna niñez”, que posterior a la época de la revolución, genera en el ambiente un cierto aire de insatisfacción y desigualdad; el joven de allí posee un espíritu revolucionario e inconforme con la adultez, ve en ella no una posibilidad, sino una amenaza de acuerdo con la realidad que vive, le teme a la asunción de compromisos serio, reales y significativos y pretende estar en una constante transición del nunca jamás, es decir, permanece en un estado de búsqueda infinita no de promoción sino de satisfacción, de relaciones y experiencias que lo mantengan en un constante encuentro de diversiones meramente epidérmicas.

De acuerdo con la cultura y la sociedad que a través de los siglos se iba desarrollando, se nos presenta un tercer imaginario producto también del desarrollo de social, cultural, económico y sobretodo técnico de la sociedad, es en relación a la utilización del hombre (la juventud) como un modelo híbrido, es decir como un producto acabado y que desempeña una utilidad específica, como un conjunto de elementos meramente funcionales como una especie de “robot o maquina”, que llega a un punto de desacuerdo con la programación y la subordinación a la que se le ha sometido. En este sentido a la juventud ve cómo se amenazada su promoción integral, el libre desarrollo de toda su persona, y de ahí que este tipo de juventud, sea la mayor capacitada para manejar las nuevas ciencias y en cierto modo manifestar su estado de rebeldía frente al capitalismo que busca absolverlos. En los tres modelos de juventud que aquí se nos presenta se manifiesta concretamente la posición opositora de la juventud, por el paso a la adultez, como medio de paso a una subordinación controlada que los hace “hombres salvajes en un ámbito urbano”, “niños eternos, que juegan a divertirse” u “hombres híbridos, producto de muchos cambios y experimentos”.}
De lo que nos ocupamos en este análisis, es de la respuesta positiva que el oratorio de Valdocco se encarga de dar a la situación real de la juventud pobre y abandonada de un contexto y espacio concreto, Don Bosco se encarga de conjugar toda una serie de elementos, medios y sobretodo experiencias que dan a la juventud, elementos materiales y espirituales lo suficientemente válidos para que cada miembro de ésta, no permanezca en las periferias, sino que se encargue de apropiarse de la misma y ser capaces de transformar su entorno. Es la experiencia o el criterio oratoriano, donde como salesianos hemos recibido de nuestro padre fundador una experiencia de vida que marcó un contexto histórico y que hoy día aun se hace vigente.
El secreto de Don Bosco y de su intensa caridad pastoral es su inseparable amor a Dios y a al prójimo pues logra hacer una síntesis entre educar evangelizando y evangelizar educando.

El oratorio de Don Bosco como respuesta inmediata a las necesidades de la juventud, busca del joven su formación integral que se alcanza día a día en el acompañamiento del muchacho.
Para nosotros salesianos del siglo XXI, el oratorio de Don Bosco sigue siendo una experiencia de vida en función de la formación de la juventud que crece y busca más respuestas a medida que avanza el tiempo. Es el espacio privilegiado para el encuentro y conocimiento de la realidad juvenil que traducidos al hoy, se manifiestan en una poco o débil sentido de fe por parte del joven, pues el consumismo y el materialismo que ofrece el mundo de hoy apartan mas de Dios.

El oratorio pasa de una educación formal para ser algo informal, como espacio de libertad que el muchacho encuentra y que hace suya a medida que la vive pues descubre en él una casa que acoge, una parroquia que evangeliza, una escuela que educa y un patio donde se hacen amigos.
A medida que el tiempo avanza nuestro oratorio sigue manteniendo la esencia de Don Bosco ( la catequesis, el juego, el teatro, la música, el canto, los grupos juveniles, etc.) pero sobre todo, sigue respondiendo de manera original a la realidad juvenil.
Como salesianos y al igual que Don Bosco tenemos la certeza de que esta obra lleva a nuestros jóvenes no solamente a una preparación laboral sino también integral fruto de un acompañamiento.
La finalidad es hacer de nuestros jóvenes Buenos Cristianos y Honestos ciudadanos, o sea Santos, realidad que solamente podremos lograr en la calidad en que demos nuestra respuesta.

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